Últimamente se ha puesto de moda que los porcs incívicos van escupiendo en el suelo, en las aceras y hasta en los carteles informativos. No se si en otras ciudades está pasando lo mismo, pero la cosa va a más. El problema es que las ruedas de cochecitos de bebés y las ruedas de las sillas de personas con minusvalías se ensucian y sus manos se ensucian también.
Por no hablar de los niños pequeños que caminan por la calle y en cualquier momento pueden meter el dedo en lo primero que ven…
Escupitajo en un cartel del metro.
Escupitajo en la acera.
Ampliación del escupitajo anterior.
En la entrada del mercado de la Boquería.
Los turistas deben alucinar de los guarros que son algunos barceloneses.
Ahora estamos en el Portal de l’Àngel.
Pero aquí también tenemos guarros.
Que van dejando sus marranadas por cualquier lado.
Vaya, la señora del bastón acaba de chafar el escupitajo.
Con lo que costó erradicar en este país que la gente dejara de escupir por el problema sanitario que comporta, por no hablar de las asquerosas escupideras que habían en las entradas de edificios y locales… y volvemos de nuevo atrás, la gente escupe por todos lados.
Últimamente me encuentro muchos escupitajos por la acera, me he fijado que lo hace todo el mundo, catalanes, forasteros, extranjeros,… con lo que costó hace un siglo que se suprimiesen las escupideras por razones de salud, ahora la gente utiliza la calle como escupidero.