Se nos ocurrió utilizar el transporte público para ir a Tarragona.
Al subir al tren nos nos encontramos que los carritos de bebés se pueden dejar en un vagón aparte… el problema es que la puerta era tan estrecha que no cabía el carrito (ni creo que quepa una silla de ruedas) y no pudimos entrar.
Tampoco se podía pasar por el pasillo (estrecho y con maletas por todos lados). Al final el carrito del bebé quedó «aparcado» donde pudimos.
Personalmente no entiendo porque el ayuntamiento ha invertido dinero público en la renovación de una plaza de toros tan fea y sosa, como la que tenemos en la plaza de España de Barcelona.
Supongo que las empresas (privadas) que gestionarán los espacios comerciales, harán sus buenos negocios… 😉
Es una pena que una Avenida tan bonita como la Avda. Mistral, con jardincitos y parques infantiles, se vea afectada por la oleada de vándalos y maleducados que destrozan bicis o dejan que sus perros lo ensucien todo.